El tercer gintónic cae sin que me de cuenta. Debo haber dormido unas cinco horas. El silencio se volvió tan insoportable que me desperté con taquicardia. En el celular no había ningún mensaje, de nadie. Sólo una invitación a jugar una partida que deseché. Spam.
En la calle pasa un auto cada tanto. Dos patrulleros, hasta ahora. El gintónic y la paranoia, un maridaje perfecto que me acompaña desde hace veinte años; mínimo. Dormir es una pérdida de tiempo: la cabeza no para nunca. Una vez que pusiste PLAY, dormir puede ser una pausa, en el mejor de los casos, pero nada más. Te despertás y sigue todo ahí.
Vuelvo a masturbarme con un video-streaming. Una mujer embarazada con mucha habilidad para sacar fínisimos chorros de leche de sus tetas desnudas. Hinchadas.
Mastrubarse es mejor que comer, mientras no te de más hambre.
El gin se acaba y la tónica también. Google es una mierda, no tengo idea de cuanta plata tiré esta tarde, un estómago como el mío no debería nunca tener tanto alcohol y tan poca comida. Podría morir.
Son las tres de la mañana y me río solo, como los idiotas.
En la calle pasa un auto cada tanto. Dos patrulleros, hasta ahora. El gintónic y la paranoia, un maridaje perfecto que me acompaña desde hace veinte años; mínimo. Dormir es una pérdida de tiempo: la cabeza no para nunca. Una vez que pusiste PLAY, dormir puede ser una pausa, en el mejor de los casos, pero nada más. Te despertás y sigue todo ahí.
Vuelvo a masturbarme con un video-streaming. Una mujer embarazada con mucha habilidad para sacar fínisimos chorros de leche de sus tetas desnudas. Hinchadas.
Mastrubarse es mejor que comer, mientras no te de más hambre.
El gin se acaba y la tónica también. Google es una mierda, no tengo idea de cuanta plata tiré esta tarde, un estómago como el mío no debería nunca tener tanto alcohol y tan poca comida. Podría morir.
Son las tres de la mañana y me río solo, como los idiotas.